La medicina estética no es solo una aliada para lucir un aspecto joven y saludable, si no que además en muchos aspectos, algunos de los tratamientos médico estéticos pueden ser de gran ayuda con algunos problemas comunes en cualquier tipo de persona. En este caso os hablamos del bruxismo, y de como uno de los tratamientos más demandados en nuestra clínica de medicina estética puede ser un gran aliado para resolver este problema. ¿No sabéis de cual os hablamos? Toxina botulínica para el bruxismo.
Antes de nada os explicaremos qué es el bruxismo. El bruxismo es una patología crónica que cada vez afecta a mayor cantidad de personas en España. Es una funciçon de la mandíbula que se conoce commumente como «rechinar los dientes». Ahora os suena más, ¿verdad?. Este problema no solo afecta a la zona de la mandíbula, si no que además, ñas consecuencias del Bruxismo pueden ser, dolor, cefaleas, cara cuadrada y asimetrías faciales. Todo esto puede ser tratado con nuestro tratamiento médico estético de infiltraciones de Toxina Botulínica.
¿Por qué se produce el bruxismo?
Es una patólogia que muchas personas padecen, aunque no lo creamos es bastante común. El bruxismo es es inconsciente y se produce especialmente durante el sueño. Pero destroza tus dientes y en muchos casos afecta de forma importante a la calidad de vida. Además de ser una causa de desgaste de los dientes además de otros problemas importantes de salud. Las causas del bruxismo están ligadas al estrés o ansiedad, así como a la maloclusión o inadecuada alineación de la mandíbula.
Por ello la Toxina botulínica para el bruxismo es una solución ideal.
La aplicación de la toxina botulínica en los músculos masticadores ha demostrado ser una perfecta herramienta para combatir las alteraciones del bruxismo. La toxina botulínica es un relajante muscular local que actúa por un amplio periodo de tiempo, relajando los músculos masticadores afectados, sin producir ningún tipo de efecto segundario, (es un tratamiento no invasivo) de los relajantes musculares sistémicos (somnolencia, relajación de musculatura no afectada, disminución de reflejos, etc.).
La primera aplicación clínica de la infiltración local de toxina botulínica se realizó en 1977 en oftalmología. Desde entonces, su uso se ha extendido en muchos ámbitos de la medicina y de la estética, demostrando su efectividad y seguridad en diferentes tratamientos, especialmente en aquellos casos donde aparece hiperactividad muscular.
Además de dar solución a este problema y mejorar la calidad de vida, el Bótox como popularmente lo conocemos proporciona un rostro más afinado. Ayuda a definir los pómulos ya que al suavizar los músculos de la mandíbula, el hueso se ve más pronunciado y esculpido.
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